Nota publicada por CRHoy.com

Michael Jordan, esa figura emblemática de los años 90, fue y sigue siendo un modelo de liderazgo e inspiración para millones de personas.  Su capacidad para motivar y liderar con el ejemplo, su toma de decisiones efectivas y su capacidad para perseverar y superar la adversidad, lo llevaron a liderar a su equipo, los Chicago Bulls, durante seis campeonatos de la National Basketball Association (NBA) y a convertirse en uno de los jugadores más exitosos y admirados en la historia del baloncesto.

En la vida de los Bulls, cada miembro del equipo jugaba un rol fundamental, pero todos los aspectos que llevaban a ganar están encarnados en la figura de Michael Jordan, su líder. Y si bien cada equipo es diferente y no hay recetas, en mi experiencia reconozco en al menos 5 componentes que son infaltables para desarrollar un equipo ganador:

  1. El hambre de ganar y el deseo de conquista. Si hay un denominador común en todos los modelos teóricos que intentan medir el potencial de los colaboradores en el mundo empresarial, es ese deseo de autosuperación y de obligarse a salir de la zona de confort. Cada vez que los Bulls perdían, Michael retomaba inmediatamente sus prácticas más allá de los entrenamientos, solo, fuera de las luces. Lo hacía por él, por su equipo y por hacer de los Bulls una institución más respetada. Ahí donde muchos  “tiran la toalla”, este tipo de líderes se automotiva para levantarse más fuerte. Muchos llaman a esto resiliencia, Taleb lo llama antifragilidad o la capacidad de salir fortalecido de cada caída. Si queremos ganar campeonatos, necesitamos jugar y establecer ciertos estándares que no son negociables. Tener la clara convicción de que es posible lograr resultados extraordinarios, aun cuando todos parecen opinar lo contrario.
  2. Sentirse parte de algo más grande que uno mismo. Michael, no solo se empujaba a sí mismo a superarse, sino que desafiaba constantemente a sus compañeros a ser mejores jugadores.  Nelson Mandela decía que un verdadero líder es la persona que logra que su equipo alcance resultados que jamás hubiesen imaginado posibles. Un líder es quien puede ver las potencialidades que sus colaboradores aún no han descubierto en sí mismos. Desde el primer momento en los Bulls, Jordan marcó la importancia de construir un “programa”, un marco que le diera sustento a sus aspiraciones.
  3. Estar instalado en el aquí y ahora. Cuando vemos a Jordan jugando, nos damos cuenta de que no permite que su cabeza se vaya a ningún otro lado, ya sea en los momentos que celebra o en los que juega. Jordan mantiene el foco, la atención plena, la confianza en sí mismo, la concentración y la entrega al 100%.
  4. Siempre con los pies sobre la tierra. Ni los 5 títulos de la NBA, ni ser una de las personas más reconocidas en todo el mundo, lo distrajeron de seguir manteniendo los pies sobre la tierra, en sus orígenes, con su equipo y con las mismas convicciones que cuando inició su carrera en los Bulls.
  5. Siempre fue el que más duro trabajó. Si bien era dueño de un talento inigualable y de una capacidad impresionante para absorber conocimientos, fueron su esfuerzo constante, su disciplina y su rigurosidad las que le permitieron expandir su potencial.  Amante de los retos, sólo necesitaba que alguien lo desafiase para demostrarle que estaba equivocado.

Durante algunos momentos de su carrera, los rumores de la gente hicieron pensar al mundo que Michael se estaba por retirar, que ya no era el de antes, que había perdido su fuerza, que ya había dado todo lo que tenía. Sin embargo, Michael siguió liderando a su equipo hasta ganar 6 títulos.

En estos últimos partidos, estaba agotado mental y físicamente, y llegó a jugar sacando su inagotable energía proveniente de sus aspiraciones más profundas. Ganaron el 6to campeonato, pero el Comité de los Bulls no quería correr riesgos para las próximas temporadas. Consideró que ya no iban a poder repetir la hazaña al año siguiente por 7ma vez, así que disolvieron al equipo. Michael nunca lo entendió, porque nunca perdió la fe en el equipo. Estaba convencido de que hubiera podido llevar a los Bulls a lograr otra vez lo inimaginable.

Ese equipo, probablemente el mejor de la historia del básquetbol, no sólo llevó a la NBA a otro nivel convirtiéndolo en relevante de forma mundial, sino que llegó a ser un baluarte cultural de su época más allá de las fronteras del deporte.

Consultor disruptivo, The Leadership Mindset

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