Estableciendo un precedente peligroso que pone en riesgo a niños y niñas y a la salud pública, el 7 de julio la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) autorizó la comercialización de IQOS, producto de tabaco calentado de Philip Morris International (PMI), como un “producto de tabaco de riesgo modificado”.
Esta autorización se dio a pesar de que la FDA reconoció que PMI no logró demostrar que el consumo de IQOS implique un menor riesgo de enfermedades relacionadas con el tabaco y sin requerir que la empresa proporcione evidencia (a partir de datos de EE. UU.) de que el marketing del producto no atraerá a niños y niñas.
Con esta acción, la FDA ha creado un peligro real de que las personas crean erróneamente que IQOS presenta un menor riesgo para la salud. Adicionalmente, implica que niños, niñas y jóvenes estén expuestos a la promoción de IQOS, que presenta este producto altamente adictivo como una atractiva alternativa a los cigarrillos convencionales, del mismo modo que lo hacen los cigarrillos electrónicos.
En su decisión, la FDA reconoce que el impacto en la juventud de permitir que IQOS se comercialice como un producto de riesgo modificado no es “claro”. Tales dudas deben resolverse para proteger a las nuevas generaciones, no haciéndolas conejillo de indias en un experimento de marketing de Philip Morris. Lo último que necesitan los jóvenes es otro producto de tabaco que sea adictivo y engañe a los consumidores sobre los riesgos para la salud.
Específicamente, la FDA permitió a PMI promocionar IQOS afirmando que reemplazar completamente los cigarrillos convencionales por este producto reduciría significativamente la “exposición” a químicos nocivos o potencialmente dañinos. Esto lo hizo a pesar de haber concluido que “el conjunto general de evidencia no fue suficiente para demostrar que cambiar completamente del cigarrillo combustible al sistema IQOS reduce el riesgo de enfermedades o daños relacionados con el tabaco”. Es probable que, en consecuencia, los consumidores se confundan e interpreten que, si dejan de fumar cigarrillos convencionales y cambian a IQOS, reducirán el riesgo de enfermedad, a pesar de la conclusión de la FDA de lo contrario.
El hecho de que la FDA no exija que PMI presente evidencia sobre el impacto de su comercialización dirigida a jóvenes de Estados Unidos repite un error atroz que ya cometió en el pasado y que socava un objetivo central de las leyes de control del tabaco. Es especialmente preocupante que la FDA no haya tenido en cuenta cómo se promocionará IQOS, y si ese marketing será atractivo para niños, niñas y adolescentes cuando existen numerosos ejemplos de otros países que muestran que la publicidad de PMI busca atraer a los jóvenes.
Las organizaciones firmantes en múltiples ocasiones han expresado su preocupación ante la FDA porque PMI comercializa IQOS con estrategias que apuntan claramente a adolescentes, como la utilización de las redes sociales, patrocinios de eventos como fiestas en la playa y desfiles de moda, y tiendas y quioscos elegantes que parece que están vendiendo aparatos tecnológicos en lugar de productos de tabaco adictivos (ver ejemplos de marketing de IQOS aquí y aquí). Si la FDA no puede evitar tales tácticas en los EE.UU., existe un grave riesgo de que IQOS, junto con los cigarrillos electrónicos, vuelvan adicta a una nueva generación de niños y niñas.
RENATA recibió con sorpresa la noticia
Nydia Amador, Presidente de la Red Nacional Antitabaco (RENATA), aseguró que recibieron con sorpresa la noticia de la FDA: “Los SEAN -llámese cigarrillos electrónicos o productos de tabaco calentado- no se han determinado como métodos para la cesación y las investigaciones recientes han establecido el perjuicio para la salud”.
De acuerdo con Amador, en un informe publicado en el European Heart Journal, fumar y vapear pueden aumentar el riesgo de que las personas se infecten con coronavirus, sufran síntomas más severos y, por ello, fallezcan. El estudio demostró que “las arterias se endurecieron, lo cual es un indicador pronóstico importante para el riesgo de problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares. En comparación con los no fumadores, el tabaco elevó la rigidez arterial en un 10% y los cigarrillos electrónicos en un 7%”.
Este mismo estudio afirma que fumar y vapear producen daños a los pulmones y debilitan el sistema inmunológico, que hay más probabilidad de contraer infecciones respiratorias y que por el contacto mano a boca del vapeador se aumenta la posibilidad de transmisión del coronavirus.
“Es increíble que la FDA se haya apartado de la protección de la salud y aprobara a la PMI un producto de tabaco calentado. PMI no suministró evidencia científica suficiente para respaldar sus afirmaciones sobre que es un producto de riesgo modificado y que no se comercializará sin causar un impacto en niños de Estados Unidos”, aseveró Amador.
Para RENATA, las consecuencias de esta aprobación de la FDA se verán reflejadas en el daño en la salud, y en la adicción que sufrirán las nuevas generaciones.
Acerca de la Red Nacional Antitabaco
La Red Nacional Antitabaco (RENATA) es una red interinstitucional que contribuye con la salud de los habitantes de Costa Rica, en la gestión para reducir el consumo de tabaco y la exposición al humo del mismo. RENATA se conformó en el año 2006, en Costa Rica, como un conjunto de entidades estatales, de la academia y organizaciones no gubernamentales preocupadas porque Costa Rica no había firmado el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco. En la actualidad trabaja como ente no gubernamental de control de los productos de tabaco. www.rednacionalantitabaco.com